Los cambios que se avecinan a las calefacciones centrales.
Por normativa de la Unión Europea, a partir del 1 de enero de 2017, cada inmueble con calefacción centralizada a gas pagará según su consumo dejando atrás la división por coeficiente de participación en el inmueble.
Esto, como es obvio, traerá un coste asociado a cada inmueble en instalar los aparatos de control y medición.
Esto será beneficioso en general ya que se dejará de pagar a escote y dejaremos de calentar la calle porque mi calefacción está muy fuerte para que al vecino de abajo le llegue algo normal.
El parlamento Europeo, en 2012, redactó una nueva directiva relativa a la eficiencia energética. En esta se obliga a que los edificios con sistemas de climatización y/o calefacción central dispongan de contadores para medir el consumo individual. Esto hace que cada uno gaste proporcionalmente a lo que consume y no a la participación en el inmueble. El Real Decreto que aplica esta directiva europea en España estaba previsto para junio de 2014. Y aunque va con retraso ya que aún no ha sido promulgado, será promulgado próximamente.
Cuándo y dónde se debe modificar la instalación
Por esto, antes de fin de año de 2016, más de un millón y medio largo de viviendas deberán adaptarse a esta nueva normativa. Las sanciones por no hacerlo llegarán hasta los 10.000€. Y no acabará ahí la cosa. Si la instalación no está adecuada, la legislación autoriza a la comunidad de propietarios a facturar el máximo consumo al propietario. Estarán exentos de disponer de medidores individuales aquellos edificios situados en zonas relativamente cálidas, fundamentalmente canarias y el sur de la península. Esto es así ya que no compensa realmente desde el punto de vista económico.
Cómo hacerlo bien.
Para cumplir la normativa europea, la forma más sencilla sería un contador por cada vivienda, pero esto sólo es posible técnicamente en el caso de viviendas con instalación de calefacción dispuesta en anillo. Sin embargo, más de un millón de viviendas disponen de distribuciones en columna al ser muy antiguas. Esto hace que los radiadores de los distintos pisos estén unidos entre sí.
Para solventar esto se deberá instalar un medidor en cada emisor de calor (en cada radiador) y una unidad central que recoge las diferentes lecturas.
Además, se debe incluir un sistema de control de la temperatura en cada radiador para que cada vecino pueda controlar y regular la temperatura individualmente y hacerse así responsable de su consumo. Las válvulas de regulación pueden ser electrónicas o mecánicas y disponer de control remoto. Su precio comienza en 15€ y puede superar los 40€.
En las instalaciones en anillo cada vivienda cuenta con una electrovalvula y un termostato único. Lo que hace que sea más sencilla su adaptación.
Estos sistemas de control harán que las variaciones de presión en las tuberías serán continuas al entrar los sistemas de regulación de cada vecino en funcionamiento continuamente. Esto obligará a cambiar también las bombas de recirculación para que tengan un control de velocidad variable y se adapten a cada necesidad. Las ventajas de estas bombas son su consumo eléctrico, de 2 a 8 veces menor, y su menor ruido. Naturalmente, su mantenedor deberá equilibrar el circuito hidráulico para que el funcionamiento de la instalación sea correcto.
Cuánto nos va a costar esto
Estos sistemas no son precisamente económicos. Se estima que puede ir de 600€ a 110€ por vivienda si se tiene en cuenta la modificación de la instalación común, las válvulas termostáticas, los contadores de energía… Aunque esto puede ser lo que gaste mucha gente en su vivienda en un año de calefacción, se estima que se amortizará unos 5 años aproximadamente a un ritmo de entre un 20 y un 30 por ciento, siempre en el caso de hacer un uso responsable de la instalación.
Posibilidades de adquisición.
Estos equipos se pueden comprar en propiedad o alquilar a una empresa especializada.
Los precios estimados actualmente son 6-7 € al año por radiador incluyendo lectura y facturación. Si la pila dura unos 10 años, el coste ronda los 60 – 70€. Sin embargo, la compra del dispositivo puede fácilmente rondar los 25€ por radiador, sin incluir la lectura y la facturación.
Al ser un sistema que afecta a toda la comunidad de propietarios, esto debe decidirse en junta de propietarios. Requiere 3/5 de los votos (por se una medida de eficiencia energética) para decidir el sistema que emplean y a quien se lo contratan.
En algunas comunidades ya se han dispuesto planes de ayuda para estas instalaciones. Por ejemplo en Andalucía, Asturias, Madrid, Navarra y País Vasco.
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