Los aparatos de aire acondicionado consumen electricidad y producen energía térmica, y gracias a su rendimiento, aprovechan la temperatura del ambiente para ofrecer más energía que la recibida. Y es que por cada kWh eléctrico precisado rinden de tres a cuatro kWh térmicos. La Unión Europea considera esta aportación de energía, bajo ciertos requisitos, como renovable y en España se produce suficiente como para cubrir las necesidades de un millón de hogares, aunque de momento, no se incluye en las estadísticas. Los aparatos de aire acondicionado son bombas de calor, que transfieren la energía desde un foco frío a otro caliente o viceversa, es decir, convierten la energía térmica del entorno en calor útil.
El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía acaba de publicar un estudio sobre las bombas de calor en España, que calcula en 11’9 millones, de las que 7’3 millones están en los hogares, por lo que disponen de ellas uno de cada tres, mientras que la inmensa mayoría son aparatos de aire acondicionado. La Directiva 2009/28/CE, la norma europea de referencia para las renovables, indica que la aportación de energía útil de las bombas de calor se considera renovable siempre que se cumplan dos requisitos como que debe haber un rendimiento elevado, superior a 2’5 y que la energía útil ha de aprovecharse para calentar y no para enfriar.
La razón del primer requisito es clara, pues busca promocionar la eficiencia energética de los aparatos, mientras que para la segunda no hay ninguna razón objetiva y puede deberse simple y llanamente a que en los poderosos países del norte de la Unión Europea la refrigeración es prácticamente inexistente y a que los países del sur no hicieron la fuerza suficiente durante la negociación del texto legal. Se ha calculado que en España hay 4’1 millones de equipos de aire acondicionado que cumplen los dos requisitos durante una media de 762 horas anuales.
Estos datos reflejan que la producción renovable de los aires acondicionados asciende a 9’8 TWh, suficiente para cubrir las necesidades conjuntas de electricidad y climatización de un millón de hogares medios. Si se considerase también como renovable la energía para refrigeración, ésta se triplicaría hasta los 30’8 TWh, equivalente al 3 por ciento de toda la energía renovable generada en España en 2015. La Unión Europea está revisando la citada Directiva de renovables y en febrero aprobó una Estrategia para la calefacción y la refrigeración que hace hincapié tanto en unos usos como en otros, de modo que el sinsentido actual puede ser un recuerdo a medio plazo.